Mosaico de la villa romana de Petraria

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El mosaico romano de la villa romana de Petraria, datado en torno al siglo IV d.C., es un mosaico aparecido en Petrer, que corresponde a una villa rústica, en pleno Valle Medio del Vinalopó, a unos 28 km de distancia del núcleo de población urbana más cercano, la Colonia Ilici Augusta (La Alcudia, Elche).

Historia de la investigación y puesta en valor

Las primeras evidencias documentales sobre el mosaico datan del siglo XIX, como demuestra una descripción realizada por J. Montesinos en 1815, No obstante, su conocimiento no supuso ni la excavación ni la recuperación de la estructura, por lo que cayó en el olvido de la población. Así pues, el mosaico fue hallado de forma casual el día 16 de septiembre de 1975 a causa de la obras de acondicionamiento en el alcantarillado en la actual calle Constitución, a escasos centímetros de la superficie. Por debajo del mismo aparecieron dos muros de unos 45 cm de grosor que confluían en su parte sureste, lo que suponía una prueba sólida de la existencia de una villa rústica romana.

J.M. Soler García, director del Museo Arqueológico de Villena, dirigió las obras de recuperación, mientras que el restaurador Facundo Roca,, dirigió las tareas de extracción y recuperación. El Grupo Arqueológico Local de Petrer, impulsado por Dámaso Navarro, colaboró y auxilió a los arqueólogos profesionales, y su labor influyó en que el mosaico permaneciera en el municipio de Petrer. Desde el Museo Arqueológico Provincial de Alicante también intervinieron activamente en tareas de colaboración y asesoramiento el restaurador Vicente Bernabeu y Enrique Llobregat, director del Museo Arqueológico Provincial de Alicante.

En primer lugar se expuso en el ayuntamiento, pero en 1995 fue trasladado en la Biblioteca Municipal, en cuyo edificio se fundaría en 1999 el Museo Arqueológico y Etnológico "Dámaso Navarro", convirtiéndose así en su pieza icónica, así como en un símbolo del patrimonio cultural de Petrer.

El mosaico

Estructura

Se conserva fragmentado en dos paneles, correspondientes a una única estancia, aunque tenga dos motivos diferentes separados por una cenefa. El más pequeño presenta unas dimensiones de 2,84 m. Por 1,08 m. ocupando una superficie de cerca de 2,79 m2; mientras que, el fragmento mayor presenta una longitud máxima de 4,20 m. Por una anchura en su base de 1,96 m., lo que se corresponde a una superficie cercana a 5,5 m2. En total la superficie conservada supone cerca de 7,91 m2.

Presenta la combinación de teselas de 4 colores diferentes: blanco, negro, rojo y amarillo. La distribución de colores se realiza empleando las teselas de color negro para diseñar los motivos geométricos decorativos. Estos se rellenan siempre de color rojo o amarillo, utilizando las teselas de color blanco como fondo.

Técnica constructiva

Es un mosaico polícromo fabricado en opus tesellatum, cuyas teselas cuadrangulares oscilan entre los 0,8 cm y los 1,5 cm. El material en el que se realizaban, parece ser de roca caliza en su mayor parte y otra serie de rocas -básicas y mármol- no determinables por el momento, aunque para el color rojo se introduce el empleo de cerámica junto a rocas del mismo color.

Tema y composición

El mosaico de carácter geométrico, presenta el desarrollo de los dos motivos separados por una cenefa y enmarcado por una orla de triángulos sobrepuestos por la base y el vértice superior, no presentando las mismas dimensiones en toda su extensión, ni la misma orientación. La banda que delimita los triángulos sobrepuestos por la base y el vértice superior, no presentando las mismas dimensiones en toda su extensión, ni la misma orientación. La banda que delimita los triángulos, y que estaría separada del muro de las habitaciones por una franja de distinta anchura de teselas blancas, presenta un ángulo obtuso de 162 grados. Ésta, va aumentando en anchura a partir del cambio de orientación, presentando su mayor grosor donde conecta con la cenefa que separa los dos motivos. La banda y los triángulos o dardos se realizan con teselas de color negro sobre fondo blanco, mientras que los triángulos se rellena de teselas de color amarillo o rojo indistintamente.

Los dos motivos del msaico están separados por una cenefa que conecta con la orla, uniéndose con ella en ángulo recto. La cenefa presenta como motivo una trenza de dos cabos con pequeño ojal circular. Mientras que el motivo se realiza en negro, cada uno de los espacios intermedios presentan teselas bien de color rojo, bien amarillos, alternos.

El primer motivo del que se conserva una mayor extensión es una composición de octógonos secantes y adyacentes formando cuadrados flanqueados de hexágonos oblongos, todo ello dibujado en teselas de color negro sobre fondo blanco. Los cuadros y hexágonos a su vez, presentan, internamente, otro cuadro o hexágono de dimensiones más reducidas. Estos son los que se encuentran rellenos de teselas rojas o amarillas, generalmente alternándose dos hexágonos amarillos y dos rojos., unas veces en el cuadrado rojo y otras en amarillo. Esta composición se rompe cuando el motivo geométrico de octógonos se adapta a la inflexión que le impondría las características arquitectónicas de la habitación. El cambio de orientación hace que el esquema compositivo se rompa, dando lugar a figuras geométricas híbridas, adaptándose a ese cambio de dirección e intentando mantener el motivo original. Al mismo tiempo, los colores rojo y amarillo que rellenan los hexágonos y los cuadrados, pasan a combinarse sin guarda ya el esquema alterno que la composición establecida imponía, combinándose los colores a partir de ahora sin regla fija. Debido a esta adaptación, el motivo de octógonos acaba de forma irregular, introduciendo un buen número de figuras poligonales irregulares, ajenas al esquema compositivo.

La irregularidad que presenta el motivo constituye un caso único en toda la Comunidad Valenciana. Quizá se deba a que no se planificó previamente la adaptación del esquema compositivo al lugar de destino. Probablemente, primero se procedió al montaje del motivo de octógonos partiendo desde el lado regular y el de círculos secantes, para luego acabar la composición de octógonos adaptándose al espacio restante. Posiblemente, esa sea la causa de la irregularidad en la zona de contacto entre ambos motivos.

El segundo de los motivos es una composición de círculos secantes formando cuadrados curvilíneos que contienen otros similares de dimensiones más reducidas. Mientras círculos y cuadrados curvilíneos se realizan con teselas negras y el fondo con blancas, la intersección de los círculos e interior del cuadrado más pequeño se rellena de teselas rojas o amarillas, formando un esquema compositivo de bandas alternas. Es de destacar que este motivo no presenta irregularidades, aunque para adaptarse al esquema general de la sala se une a la orla mediante unas líneas de teselas negras y blancas alternas que se van abriendo a medida que el motivo se va alejando de la cenefa central.

Contexto arqueológico y cronología

El mosaico debió pertenecer a una habitación poligonal integrada en la pars urbana de una villa romana de Petraria, de la que toma nombre. Estaba cubierto por una importante capa de cenizas, testimonio de un claro nivel de incendio. Debajo del mosaico aparecieron tegulas e ímbrices, fragmentos de ladrillos cuadrados y circulares de pequeño tamaño, pertenecientes a pilares de hipocaustum, clavijas o tubuli de concamerationes relacionados con termas y sistemas de conducción de vapor, y dos monedas de época altoimperial.

Hay claros indicios que el mosaico estaría relacionado con unas termas cercanas, en el actual edificio 'La Torre', espacio que sería ocupado en época islámica por unos baños árabes y en la contemporaneidad por el lavadero municipal.

La ausencia de material arqueológico que aporte fechación relativa al mosaico plantea dudas sobre su datación, en la que los expertos discrepan entre el siglo II d.C. y IV d.C. En opinión de Javier Jover Mestre y Gabriel Segura Herrero (1995) se trataría de un mosaico del siglo IV d.C. con uso hasta el siglo V d.C., momento en el que debió incendiarse Villa Petraria, por los paralelos que se pueden encontrar en la Península Ibérica.

Localización

Museo Dámaso Navarro


Hallazgo del mosaico

Paralelos

Encontramos los siguientes paralelos en la Península Ibérica:

Mosaico del Convento Cesaraugustano; en Villafranca (Navarra), presenta un motivo compositivo igual con teselas de colores negro, blanco, ocre y rojo. La única diferencia es la orla, que en este caso es ajedrezada de torres blancas y negras, y que el centro de las cuadrículas se rellenaban con motivos cruciformes o cuadraditos en pico. Se data en el siglo IV d.C.

Mosaico de Santervas del Burgo; en Fuentearmegil (Soria), cuenta con el mismo esquema compositivo, con círculos secantes con rectángulos curvilíneos, con la excepción de cruces de Malta en su interior. Es muy similar al de la villa cercana de Los Quintanares. Ambos mosaicos son datados entre los siglo III d.C y IV d.C.

Mosaico de la Casa del Anfiteatro, en Mérida (Extremadura), cuenta con un motivo de octógonos similar. Datado a finales del siglo III d.C. o IV d.C.

Mosaico de Santa Rosa, en Córdoba (Andalucía), que con los mismos secantes octogonales muestra en uno de sus paneles prácticamente la misma composición. Posiblemente se trate del paralelo más evidente. Está datado entre finales del siglo III d.C. y principios del IV d.C.

Otros paralelos importantes los encontramos en Andalucía (Bobadilla, Sabanillas, Las Torres y Faro de Torrox) y Murcia (Quitinillas y Los Cipreses), todas datadas entre el siglo II d.C. y IV d.C.

Biografía

Jover Maestre, Francisco Javier y Segura Herrero, Gabriel (1995) "El mosaico romano de la Villa Petraria (Petrer, Alicante)", Actas del XXII Congreso Nacional de Arqueología.